29.5.08

FELICIDAD


Felicidad tenía una bonita risa. Era jovial, su carácter alegre la hacía agradable para casi todo el mundo, era atractiva, deseada y popular. Se dejaba ver en todas las fiestas, se levantaba tarde y se asomaba al balcón con una inmensa sonrisa para tomar el sol. Le encantaba bailar, jugar con los niños, la primavera, y era muy enamoradiza (aunque también, a decir verdad, era bastante infiel con sus numerosos amantes y admiradores).

Una tarde salió a la calle a despejarse de la resaca de la juerga de la noche anterior, y a lucir su adorable figura. Por el camino se encontró con Prudencia, que venía dirigiendo su mirada con nerviosismo a todas partes, y se fijó en ella con desconfianza.
- ¡Hola Pru!!! ¡Qué alegría verte por aquí! ¿Qué tal te va?
- De momento bien, aunque no hay que fiarse.
- Jejejeje... tú siempre tan cuidadosa... hay que relajarse un poco y disfrutar!!!
- No sé, no sé... pienso que tú también deberías andar con cuidado, que nunca se sabe cuándo pueden surgir los problemas.
- No, mujer, no hay que exagerar! Mira qué bonita tarde hace hoy! ¿Vienes a tomarte un helado?
- Este... no, gracias... quizás no me siente bien a la garganta, prefiero reservarme... y, quizás llueva. Pero hazme caso al consejo, he oído por ahí que Envidia te la tiene jurada, y cualquier día podría cruzarse en tu camino.
- No te preocupes, no pasará nada, siempre estoy acompañada por buenos amigos!!! =)

En ese momento, llegó Esperanza, así que Felicidad y ella continuaron el paseo, juntas de la mano, charlando acerca de brillantes planes de futuro.
Esperanza era una gran amiga, le encantaba soñar y hacer planes, y todo lo hacía pensando en su amiga Felicidad. Ambas se tenían mucho cariño, aunque no siempre la atención de Esperanza era correspondida por Felicidad, que era mucho más impredecible y despreocupada, y de repente cambiaba de rumbo, dejando a Esperanza rota y confundida... pero era una herida que no tardaba en cicatrizar y en seguida volvían a disfrutar de la compañía mutua. Razón opinaba que Esperanza tenía el cielo ganado, con estas amistades peligrosas que tan a menudo frecuentaba.

En uno de sus arranques de espontaneidad, Felicidad decidió ir a darse un chapuzón en una fuente pública cercana. Al llegar al parque, se encontró con Tristeza bajo la sombra de un sauce, apunto de romper a llorar...
- Tris! Qué pasa! ¿Qué haces aquí solita? Vamos a divertirnos!
- Ay, Felicidad, hoy no estoy de humor.
- No seas tonta, todo está bien! Vamos a saltar!
- En serio, no puedo, hoy no...
- ¿Qué puede ser tan grave que no tenga remedio? Vamos, arriba!!!
- ¿Recuerdas a aquel chico brasileiro con grandes ojos, Roberto?
- Sí, claro, lo conocí el fin de semana pasado, lo pasamos superbien!!!
- Pues ahora está muerto y enterrado.
- ¿Quééé??? Ay, pobrecito, ¿qué le pasó?
- Se suicidó anoche, se atiborró a pastillas y se destrozó por dentro.
- Oh, qué inconsciente! Le advertí que no se pasara con la fiesta... jejeje.
- Te fuiste el domingo sin decir nada. No le devolviste las llamadas. Su ilusión se convirtió en desesperación, se había enamorado de ti, y a cambio de amor le dejaste la nada. Le hiciste pedazos el corazón...
- Pero...
- Siempre es igual. Te vas sin mediar palabra, sin explicaciones, sin un porqué... y cuando reina el desconsuelo, ¿qué les queda? Allí estoy yo, tratando de comprender, tratando de escuchar, acompañándoles en lo que a menudo es su último suspiro. Soy la guardiana de las vidas que se escapan, la testigo de la Muerte que hace su trabajo sin inmutarse. Siembras la semilla de la alegría, que después Esperanza se encarga de regar y cuidar, pero de la forma más inesperada te vas, arrasas la cosecha. Yo sólo encuentro despojos, miseria, llanto... y mi nombre no induce al consuelo, yo me llamo Tristeza.
Eres luz, pero también las tinieblas son tu responsabilidad, no tienes más que echar un vistazo atrás... naciste en Junio, como flor tardía de la Primavera, eres Géminis, una de tus sonrisas se llama Felicidad, la otra se llama Crueldad...


Felicidad quedó pensativa, sin palabras...


Desde entonces Felicidad no volvió a ser la misma... ahora, en su luz se adivina una sombra que fue conocida por Melancolía, y tiene a Conciencia como ángel de la guarda.


(TEE7H1NG - 29/05/2008)



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