23.3.06

Torpezas...

Escribes una página en tu diario y te vas a dormir.
Al día siguiente decides retomarlo y corregir algo con lo que no habías quedado del todo conforme.
Buscas el marcador, volteas la página y... una fina línea, casi imperceptible, se dibuja en la yema del pulgar de tu mano derecha.
Casi sin tiempo para percatarte, las sangre comienza a brotar, imparable.
Reaccionas, agitas la mano, te llevas el dedo a la boca, lo chupas para calmar el leve dolor con la calidez y la humedad de tu lengua y tu saliva.
Pero es demasiado tarde, algunas gotas se han vertido sobre la libreta.
Al contacto con el papel, la sangre se expande, formando una mancha en mitad de la hoja, emborronando las letras, tiñéndolas entre oscuras sombras rojas.
En un gesto torpe, tratas de apartar esas gotas con el mismo dedo herido.
Tu escrito, anoche correcto y ordenado, se ha convertido en una caótica escena picassiana.
Ya no tienes la sensación de que falta algo en esa página, ahora sientes culpabilidad y desasosiego por haberlo echado todo a perder... y además estás herido.

Y es que, muchas veces, es mejor no remover en el pasado, y tratar de aprender de los errores cometidos, para construir un presente mejor, mirando hacia delante...


(TEE7H1NG - 22/03/2006)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una de las cosas que suelo escribir yo en los diarios que comienzo, es el propósito de no releer lo escrito, salvo que haya pasado mucho tiempo.
El pasado nos acompaña siempre y no se puede manchar más de lo que ya pueda estar en su momento, es más, pienso que con el tiempo las manchas que pueda tener el pasado se disuelven.
Me gusta lo que escribes.

Mingorance dijo...

Muy bonito... me ha llegado, y eso que es difícil con ese color de fondo tan horroroso que has puesto